Saltar al contenido
Portada » blog » ¿Tengo que cambiar el Plan de Igualdad en mi empresa?

¿Tengo que cambiar el Plan de Igualdad en mi empresa?

¿Tengo que cambiar el Plan de Igualdad en mi empresa?

¡Ay, la eterna pregunta que todos nos hacemos! Igual que con esos pantalones que llevas en el armario desde hace 10 años y que juras que algún día te volverán a quedar. Los planes de igualdad, al igual que la moda, pueden requerir de una actualización de vez en cuando. Pero, ¿Cuándo es el momento adecuado para hacerlo? ¿Cuándo te das cuenta que en la oficina hay más máquinas de café que mujeres en puestos de liderazgo? Veamos qué dice la sabiduría convencional (y legal) al respecto.

De vuelta a los básicos

Antes que nada, pongámonos en situación. Un plan de igualdad no es un pergamino misterioso que se guarda en la bóveda de la empresa junto al acta fundacional y el santo grial del presupuesto plan de igualdad (sí, ese que todos quieren ver pero nadie sabe exactamente cuánto es). Es un documento que tiene como objetivo garantizar la igualdad de trato y oportunidades entre mujeres y hombres en la empresa. Simple, ¿verdad?

Cambio, dulce cambio

Todo cambia, la música, la moda, los peinados y, cómo no, ¡las empresas! Si tu compañía ha sufrido cambios significativos, es probable que el plan de igualdad que diseñaste en la época del mambo número 5 ya no sea válido. Fusiones, adquisiciones, crecimiento o simplemente el paso del tiempo pueden hacer que lo que antes era relevante, ahora parezca sacado de una novela de ciencia ficción.

¡Las cifras no mienten! (Generalmente)

Un buen indicador para saber si es momento de revisar el plan es analizar tus métricas. Si has notado que las cifras en relación a la igualdad entre géneros han cambiado, ¡alerta roja! Es hora de sacar la lupa y ver qué está sucediendo. Y no, no vale decir que “es que las mujeres no quieren puestos de liderazgo porque prefieren ir de compras”.

La ley manda (y a veces incluso tiene sentido)

En muchos lugares, la ley estipula que las empresas deben revisar y, si es necesario, actualizar su plan de igualdad con cierta regularidad. Así que, aunque te gustaría mantener todo como está y ahorrarte el presupuesto plan de igualdad, es probable que no tengas opción. Pero, ¿quién sabe? Tal vez descubras que hacerlo no solo es beneficioso para cumplir con la ley, sino también para el ambiente laboral y la productividad de tu empresa.

El factor “¡Ay, Dios mío!”

Finalmente, si en cualquier momento te encuentras diciendo “¡Ay, Dios mío! ¿Cómo es posible que esto esté en nuestro plan de igualdad?”, es hora de un cambio. Si te das cuenta de que hay políticas o prácticas obsoletas, discriminatorias o simplemente ridículas, no esperes a que llegue el inspector de trabajo o el fantasma de las empresas pasadas para hacer algo al respecto.

¿Tienes que cambiar el Plan de Igualdad en tu empresa? Pues, querido lector, esa es una pregunta que solo tú (y la ley) pueden responder. Pero una cosa es cierta, al igual que con esos pantalones del armario, si sientes que algo no encaja, es probable que sea hora de un cambio. Así que, ¡manos a la obra! Y quién sabe, tal vez descubras que el proceso es mucho más enriquecedor y divertido de lo que imaginabas. ¡Adelante! Y recuerda siempre mirar con humor y optimismo los desafíos que se presentan en el camino. ¡Hasta el próximo dilema empresarial!